He mandado mi literatura al cajón

 

Hola a todos; 

Vengo con ¿malas? noticias. 

He tenido unas semanas muy locas a nivel mental; tener un cerebro que nunca para tiene su parte buena y su parte mala y estos dias han sacado lo segundo. 

Procesar todo lleva su tiempo y el golpe de la ola llega cuando llega, pero siempre lo hace, eso sí. Mi cerebro se desconectó de la literatura, mejor dicho, me provocó estímulos negativos; asi pues, si veía, leía u oía algo relacionado con la literatura sentía nauseas, mareo y rechazo físico y psicológico a ello. 

Es doloroso estar viviendo esto cuando siempre he sido alguien que ama escribir y que ha llegado a lo profesional gracias a ello, aunque mi cerebro distingue, no ha dejado de amar el periodismo, al contrario, lo ama, lo abraza, lo mima, es su razón de ser y no quiere intentarlo más con la literatura, ha dicho basta, le da asco. 

No volverá a escribir literatura y veremos como se las apaña leyendo, haremos una última intentona con el primer y último libro que he comprado en mucho tiempo. Sin presión. 

La primera opción fue eliminarlo todo, todo rastro de mis letras, mis personajes, mis historias, todo lo que las editoriales han rechazado sistemáticamente, porque ese es el problema, el rechazo no es a ti, es la historia ¿acaso la historia no eres tu? 

Ya basta. 

Todo al cajón, lo metes en el armario y patada de cierre, hace pum y se acabó. A ver si las ganas de vomitar se van, a ver si la necesidad de llegar a otros con tus historias se va, a ver…

Hasta la semana que viene, os hablaré de Respawn, más alegre un rato largo. 

Marta