Reflexiones y educación mediática

Discapacidadexperiencia personalgenteopiniónreflexiones

La comunidad de Madrid le da 80 vueltas a cualquier otra en materia de discapacidad

 

¡Hola a todos!
He vuelto del viaje a Alcalá de Henares y Madrid encantada de la vida. 
Comparado con Barcelona, gana de goleada. Estoy deseando mudarme allí. La gente es amable, cívica, dispuesta a ayudar…y más si eres una persona con discapacidad. 
Supongo que los que seáis de fuera de Cataluña me diréis que eso es lo normal, pero yo, que me he criado aquí, la verdad es que es la primera vez en mi vida que no golpeo a nadie ni nada con el bastón, veo semáforos sonoros y suelos y pasos de peatones señalizados específicamente con relieve para el bastón en todos lados. 
Para que comprendáis mi sorpresa os pongo dos situaciones reales que he vivido en las dos ciudades con un mes de diferencia. 
En la estación de Sants de Barcelona hay un camino señalizado para bastón, la gente parada encima charlando tan tranquilamente. Al final golpeé el tobillo de un hombre que se giró con cara de querer increparme hasta que vio el bastón y mi cara de mala hostia y se apartó 2 milímetros que era lo que le separaba de una zona que podía ocupar charlando con sus amigos sin problema. 
Situación en Alcalá de Henares; visitando los recintos universitarios y casco histórico con mi chico, yo iba siempre por la zona de la calle habilitada para el bastón y resulta que pillamos a los estudiantes de arquitectura saliendo de clases. No me hizo falta parar, los propios estudiantes pasaban por otro sitio (alguno por la hierba y otros por el barro que había dejado la lluvia) con tal de que yo siguiera mi camino cómoda y segura. 
Otra cosa es la tremenda educación de todo el mundo y, gracias a una anécdota que os voy a contar, comprendí que esa educación la reciben desde niños. Estábamos volviendo al hotel después de la cena, yo iba charlando con mi suegra y mi chico y suegro iban un poco por detrás. Se nos acercan con una mujer y una niña pequeña, no tendría más de siete u ocho años, y la señora me explica que la niña le hacia preguntas sobre el bastón y por qué lo llevaba. Mi chico me sugirió que se lo prestase para que la niña misma notase la sensación y así lo hicimos. 
Espero que esa niña fuera al colegio el lunes siguiente y dijera «mira que me pasó el fin de semana» y gracias a esto haya aprendido y de mayor transmita esa educación también a las siguientes generaciones. No me costó nada prestarle mi bastón unos minutos y, estoy segura, de que, de vuelta a casa, ella y su abuela tuvieron una interesante charla. 
Otra cosa que me sorprendió fue que la propia gente te aparta obstáculos como sillas en los restaurantes para facilitar tu camino y te avisan si hay escaleras o escalones de acceso a algún local, En serio, en Cataluña es difícil encontrar gente así y, cuando lo hago, en el 95% de los casos, resulta, que casualidad, que no son nacidos y criados aquí. 
Señores y señoras de Cataluña, aprendan collons
Hasta la semana que viene.
Marta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Plugin the Cookies para Wordpress por Real Cookie Banner
Share via
Copy link